Cáncer de mama: una reflexión sobre género, equidad y diagnóstico oportuno
Durante el mes de octubre, los medios de comunicación se visten de rosa para transmitir un mensaje claro y dirigido a las mujeres: ¡Hazte el examen!. Esta campaña responde a una realidad alarmante: el Cáncer de Mama es una de las principales causas de muerte entre las mujeres a nivel mundial. En Chile, solo en el 2021, se registraron 1.724 muertes por esta enfermedad (1).
Aunque los avances tecnológicos y científicos han demostrado que el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno son claves para salvar vidas, las cifras de cobertura de mamografía siguen siendo bajas. Durante el 2022, se alcanzó un 38% de cobertura para este examen, muy por debajo del estándar nacional del 70% (2). Frente a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto como meta reducir la mortalidad por cáncer de mama en un 40% para el año 2040 (3). Ante esta problemática, es importante preguntarnos como enfermeras y enfermeros especialistas en oncología, sobre los factores que influyen en la posibilidad de un diagnóstico temprano en este problema de salud.
El género es considerado una determinante social, ya que influye en cómo vivimos, enfermamos y accedemos a la atención de salud. Pero ¿Qué entendemos por Género? El género es una construcción social que define roles, funciones, oportunidades y responsabilidades asignadas a hombres y mujeres, invitando a analizar los problemas de salud más allá del sexo biológico. En este contexto, resulta crucial preguntarnos: ¿Cómo influye el género en la oportunidad de detección precoz y diagnóstico oportuno del Cáncer de Mama?.
Diariamente, las mujeres enfrentan múltiples responsabilidades impuestas por los roles que la sociedad nos asigna. Un aspecto clave en esta discusión es cómo estos roles de género impactan en la percepción y la decisión de consultar a tiempo. A menudo, las mujeres son las principales cuidadoras de sus familias, lo que las lleva a priorizar las necesidades de los demás sobre su propia salud. Esta situación se agrava cuando el acceso a la atención médica depende del ingreso familiar o del apoyo del entorno, lo que dificulta aún más el acceso a exámenes de tamizaje. Esto es especialmente evidente en sectores de alta vulnerabilidad social, donde además se incluyen factores como bajos ingresos, migración, etnia o ruralidad, los cuales, excluyen a muchas mujeres del sistema de salud, limitando el acceso a las garantías disponibles para la detección temprana. Entender estos factores nos permite comprender mejor el motivo por el cual las mujeres tardan en consultar, al mismo tiempo que nos invita a diseñar estrategias que acerquen la mamografía a los grupos más vulnerables (4).
Otro aspecto esencial para abordar el cáncer de mama desde una perspectiva de género está relacionado con los factores culturales, sociales e incluso religiosos, los cuales limitan a las mujeres para conocer su propio cuerpo. Estas influencias afectan la percepción corporal y reducen la capacidad de las mujeres para explorarse, reconocerse y detectar signos de alarma que las motiven a buscar atención médica. Es imperativo que aprendamos a conocer nuestro cuerpo, en particular nuestras mamas, y cómo los ciclos biológicos influyen en su forma y cambios. La autoexploración mamaria debe convertirse en una práctica que las mujeres aprendan y adopten a lo largo de todo su ciclo vital, permitiéndoles detectar cualquier alteración de manera temprana.
Además de las barreras que enfrentan las mujeres, es importante considerar otras realidades de grupos históricamente marginados, como lo son las personas trans y no binarias. Actualmente, las campañas de concientización no impactan de manera efectiva en este grupo, existe poca evidencia sobre la frecuencia adecuada de los exámenes preventivos según las necesidades particulares de este grupo (5). Esta falta de evidencia, contribuye a que el diagnóstico se realice en etapas avanzadas, influyendo también, la desconfianza en el sistema de salud y al miedo a la discriminación por su identidad de género.
Si bien el cáncer de mama ha sido tradicionalmente visualizado como un problema exclusivamente femenino, en los hombres representa un porcentaje reducido de casos, pero con una altísima mortalidad. La creencia errónea de que esta enfermedad solo afecta a las mujeres retrasa la consulta oportuna de los hombres ante cualquier signo sospechoso (6). Además, el temor a ser cuestionados en su masculinidad por una condición asociada a lo femenino impacta negativamente en la oportunidad de un diagnóstico temprano.
Mirar el Cáncer de mama con perspectiva de género no es solo una cuestión de justicia social, sino también de salud pública. Reconocer las múltiples barreras que enfrentan distintas personas para acceder a un diagnóstico y tratamiento oportuno es crucial para salvar más vidas. Esto implica promover mayor equidad en los servicios de salud, garantizando que todas las personas, independientemente de su género, identidad, orientación sexual o situación socioeconómica, puedan acceder a exámenes de detección de calidad y recibir tratamiento oportuno. Es fundamental rediseñar los programas de prevención y detección del cáncer de mama con esta mirada inclusiva, sensibilizando a los profesionales de salud para que comprendan las realidades diversas de sus pacientes. Esto no solo mejoraría las tasas de diagnóstico temprano, sino que también permitiría ofrecer tratamientos más efectivos, mejorando la calidad de vida y las posibilidades de supervivencia de muchas personas.
Este octubre, hagamos que el llamado a la detección precoz no sea solo un mensaje en tono rosa, sino una verdadera reflexión sobre la equidad de género y la salud.
REFERENCIAS
MINSAL. Departamento de Estadistica en Salud [Internet]. Informe DEIS. 2021 [citado 9 de octubre de 2024]. Disponible en: https://informesdeis.minsal.cl/SASVisualAnalytics/?reportUri=%2Freports%2Freports%2Fbcf6e81f-d7f9-4f69-8703-9a83c3eb5da9§ionIndex=0&sso_guest=true&reportViewOnly=true&reportContextBar=false&sas-welcome=false
Merino-Pereira G. Puesta al día en cáncer de mama en Chile. Revista Chilena de Obstetricia y GinecologíA [Internet]. 15 de noviembre de 2023;88(5). Disponible en: https://doi.org/10.24875/rechog.m23000063
Initiative GBC. Marco de aplicación de la iniciativa mundial contra el cáncer de mama: evaluación, fortalecimiento y expansión de los servicios de detección precoz y tratamiento del cáncer de mama: resumen ejecutivo [Internet]. Disponible en: https://www.who.int/es/publications/i/item/9789240067134
Rodríguez-González N, Ramos-Monserrat MJ, De Arriba-Fernández A. ¿Cómo influyen los determinantes sociales de la salud en el cáncer de mama? Revista de Senología y Patología Mamaria [Internet]. 8 de febrero de 2023;36(3):100467. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.senol.2022.100467
Ramos DM, Monterde LS, García RM, Vidagany NE, Piqueres CS, Marti RQ, et al. Cáncer de mama en pacientes transgénero. Revisión de la literatura. Revista de Senología y Patología Mamaria [Internet]. 1 de octubre de 2019;32(4):140-4. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-revista-senologia-patologia-mamaria--131-articulo-cancer-mama-pacientes-transgenero-revision-S0214158219300908
R GI, G MEC, Z DM. Cáncer de mama en hombres: Situación actual a nivel mundial y nacional. Revista Chilena de Cirugía [Internet]. 1 de febrero de 2011;63(1):95-101. Disponible en: https://doi.org/10.4067/s0718-40262011000100018
Jessica García Gutiérrez
Enfermera Especialista en Oncología
Académica Departamento de Enfermería Universidad de Chile
Jessica García Gutiérrez
Enfermera Especialista en Oncología.
Académica Departamento de Enfermería Universidad de Chile.
Miembro SEOC.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Sociedad Chilena de Enfermería Oncológica”.