Septiembre, mes dorado, mes de concientización del cáncer infantil
El mes de septiembre se ha convertido en el mes de la sensibilización y concienciación del cáncer infanto adolescente. Esto, porque el cáncer infantil se mantiene como una de las principales causas de muerte en niños menores de 15 años.
Si hablamos a nivel mundial casi 300.000 niños, niñas y adolescentes son diagnosticados con cáncer al año, lo que se traduce en años de vida perdidos en este grupo etario, por tanto, nuestra misión es seguir concientizando y sensibilizando a la población acerca de la existencia de esta enfermedad y de la importancia del diagnóstico precoz para esta patología.
En Chile, de acuerdo al último RENCI, se diagnostican aprox 527 casos nuevos de cáncer infantoadolescente por año. De ellos, los 3 cánceres más frecuentes en la infancia son la Leucemia (40%), los tumores de SNC (17%) y los linfomas (13%). Pero, gracias a los tratamientos estandarizados y basados en protocolos de grupos cooperativos internacionales es que, en nuestro país, se ha logrado una sobrevida global a 5 años de alrededor del 80%, lo que es comparable con cifras internacionales. Esto, sin duda enorgullece el trabajo realizado por el equipo PINDA.
Sin embargo, debemos seguir aumentando la tasa de sobrevida, sobre todo en aquellos tumores como los del SNC u otros del sistema óseo, en los cuales, aún se considera que tienen una baja sobrevida (dependiendo del tipo de tumor y de su estadio), es por ello que la concientización en cuanto a la detección temprana y el diagnóstico precoz es uno de los pilares fundamentales para seguir aumentando la sobrevida de los NNA diagnosticados con esta enfermedad.
Pero, ¿cómo lo logramos?, educando a las familias y a la sociedad civil, capacitando a los profesionales del área de la salud, ya sea, profesional médico y no médico de APS, en establecimientos de atención secundaria y terciaria, realizando formación en etapa de pregrado a las carreras relacionadas con el área de la salud, esto con el apoyo de las universidades, es decir, todos tenemos y debemos aportar a la detección temprana del cáncer infantil. Y con respecto a esto, ¿qué debemos educar?, debemos educar acerca de los signos y síntomas de alarma de cáncer en la infancia, por ejemplo: Sangrado repentino y/o persistente de nariz o encías, aumento de volumen o masa abdominal (cualquier masa abdominal constituye una urgencia), fiebre persistente o recurrente que no cede a los tratamientos convencionales, dolor de cabeza asociado a mareos y vómitos (incluso cambios de comportamiento), dolor en uno o varios huesos y/o articulaciones, palidez de piel y mucosas y cansancio permanente o falta de apetito, reflejo blanco en la pupila (leucocoria) aparición de estrabismo o pérdida visual repentina, hematomas o puntos rojos en la piel sin explicación de traumatismos, aparición de “bultos” en zona del cuello, axilas o ingle, aumento de volumen o tumoración en cualquier parte del cuerpo.
Como se ve, son muchos los signos y síntomas a los cuales deberíamos estar alerta, si bien, son signos y síntomas que muchas veces son inespecíficos, de igual manera se debe consultar. Tenemos que hacer caso al sexto sentido de los padres sobre sus hijos, cuando ellos expresan: hay “algo” que no anda bien, debemos prestar atención, eso nos ayudará a seguir con la detección temprana y el diagnóstico precoz, lo que nos lleva a iniciar el tratamiento de manera oportuna, sin retraso, para seguir aumentando la sobrevida global de nuestros niños, niñas y adolescente con diagnóstico de cáncer.
Enf. Nathalie Marilaf Villar
Enfermera Coordinadora de Hemato-Oncología Pediátrica Hospital Regional de Talca.
Coordinadora Nacional de la Subcomisión de Enfermería PINDA
Candidata a la especialidad de Cuidados Avanzados de Enfermería en el NNA con cáncer.
Miembro SEOC.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Sociedad Chilena de Enfermería Oncológica”.